miércoles, 8 de agosto de 2012

Algo se hizo bien

Dedicado a Marcs, con quien pronto tendremos un programa itinerante de revista con temas deportivos en el bar de cada Sanborns de esta ciudad.

No soy un experto en temas deportivos (de hecho no soy experto en ningún tema), pero sí sigo varios deportes. El inicio de la NFL es para mí como la entrada de la primavera o el invierno según la estación que se prefiera; sigo atento la Serie Mundial y me apasionan las estrategias del mi deporte favorito, el Rey de ellos, el beisbol. De vez en cuando me gusta ver a los Pumas ganar algún campeonato, aunque la liga local cada vez me emociona menos. Y por supuesto, cada 4 años sigo atento el mundial de futbol y sufro y sueño con nuestra errática selección.

Ese es mi bagaje de conocimiento deportivo, sin embargo, por los tiempos que vivimos, quiero reflexionar sobre cambios que se han realizado en el futbol mexicano durante los últimos 20 años, y que, considero, han tenido un impacto en la evolución de abajo hacia arriba de nuestros futbolistas. Estos cambios, que para el país en general, en otros ámbitos, pueden tomarse como pistas para dar los pasos que nos han faltado.

En 1992, según recuerdo, estaban en Europa únicamente Hugo Sánchez (ya en franco descenso en su carrera) y Luis García Postigo, quien se iniciaba en las filas del Atlético de Madrid. Por aquellos días, vino la Copa América en Argentina (la primera a la que México era invitado) y después el mundial del 94. A partir de entonces, se hablaba de que la selección mexicana de futbol contaba con un “estilo propio” (whatever that means), pero seguíamos quedándonos en la orilla.

Sin embargo, algo que considero fundamental para la situación actual del futbol mexicano, se dio a finales de la década de los 90, cuando TV Azteca se opuso a que Televisa comprara la exclusividad de los derechos de la selección mexicana. En una jugada magistral, TV Azteca ofreció a la Federación Mexicana de Futbol (FMF) igualar la cantidad que Televisa había ofrecido por la exclusividad, de modo que ambas cadenas pudieran transmitir los partidos de la selección, mientras que la FMF tendría el doble de dinero para operar. Entre otras cosas, el arreglo incluía la construcción de un nuevo centro de alto rendimiento, uno moderno que desplazaría al antiguo cuyas instalaciones ya no distaban mucho de cualquier deportiva de Azcapotzalco.

La construcción de un nuevo centro de alto rendimiento y el resto de los ingresos extras por derechos de televisión, además de las cuestiones técnicas que ayudan a fortalecer, también implantan una mentalidad más o menos triunfadora en los jugadores que ahí se entrenan (a este centro acude no solo la selección “mayor”, sino todos los equipos nacionales).

Luego de algunos años, el número de mexicanos en Europa se incrementó: Rafael Márquez, Giovani Dos Santos, Francisco Palencia, Cuauhtémoc Blanco, Jared Borgetti, Gerardo Torrado, Carlos Vela, Efraín Juárez, Héctor Moreno, Javier Salcido, Pavel Pardo, El “Maza” Rodríguez, Guillermo Ochoa y otros que se me escapan. No todos con la misma suerte, pero el número se incrementó y algunos tuvieron chispazos. Además, dos técnicos mexicanos dirigieron en España, Javier Aguirre con muy buenos momento en el Osasuna. Al mismo tiempo, el futbol femenil se comenzó a profesionalizar y nuestras selecciones femeninas participan de buena manera en casi todas las competiciones internacionales.

Vino después el campeonato mundial de la selección nacional sub-17, y esto generó presión para que la FMF obligara a los clubes a incluir a jóvenes en ciertos minutos durante del torneo (algo así como una acción afirmativa). El resultado de estas medidas fue que los clubes se preocuparan cada vez más por formar jugadores jóvenes, “enfocarse a la cantera” -que le llaman- para no verse en desventaja al tener que poner a un joven a jugar. Otra virtud de esta decisión, fue que los jóvenes jugadores fueron tomando experiencia profesional mucho antes que sus predecesores, algo que sin duda les ayuda a forjar el carácter.

Creo que el pase a la final de futbol soccer en Juegos Olímpicos, no es más que el resultado de dos cosas que se hicieron bien y que deben de trasladarse a la vida pública de nuestro país, es decir, se debe de terminar con los monopolios por una parte y por la otra se debe de “capacitar” más y mejor a nuestros jóvenes (o sea, mejorar la educación formal de nuestros niños), al tiempo que se abren espacios para que participen en la toma de decisiones públicas de nuestro país.

El futbol nos está dando finalmente una alegría importante, después del mundial de futbol, ganar la medalla de oro en Juegos Olímpicos debe ser el logro más importante que un seleccionado nacional puede tener. Esperemos que lo consigan y de no ser así, habrá que aceptar que con todos sus tropezones, se han conseguido avances a partir de decisiones fundamentales.

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