viernes, 13 de septiembre de 2013

Trostky y las cachuchas azules


Hoy en el metro encontré a un tipo igualito a Trostky. La barba, los lentes, la mirada profunda, muchas señas que me hicieron pensar que Trosky -igual que Pedro Infante- no había muerto. Luego de algunos empujones y manoseos, el destino quiso que quedara detrás de él. Aproveché la oportunidad y con voz amable pero firme le pregunté:



-¿Baja en la siguiente?
Él sin inmutarse tanto pero girando un poco la cabeza contestó con una voz calma:
- Sí.



Se abrieron las puertas y nuevamente a empujones salimos del vagón, visiblemente emocionado lo seguí con la vista y mis pasos cuando noté algo que en principio había escapado a mi atención: este Trostky traía una cachucha azul. Fue entonces cuando sospeché que ese no era Trostky sino un asqueroso impostor.



Llegué a mi casa, abrí Wikipedia y con asombro constaté que hoy Trostky tendría 139 años de edad. Consternado tuve que aceptar que Trostky con la edad había decidido darle una oportunidad a las cachuchas azules.

lunes, 15 de abril de 2013

Contra la estridencia



 Llevo tiempo observando como causas auténticas y valiosas se han visto deslegitimadas por malas estrategias de quienes las encabezaron o se adueñaron de ellas. Esto pasa en todo el mundo, pero creo que es más obvio en América Latina y todavía lo es más en México.

No importa el origen de la causa, la orientación o sus argumentos, cuando se elige una estrategia estridente,  la causa tiende a diluirse o a desfondares ante la falta de apoyos fuera del núcleo que la encabeza.

Por tradición o quizá por formación política de los líderes, muchas causas en México son empujadas bajo una estrategia de estridencia más que de inteligencia. Frases trilladas, pancartas agresivas o actitudes definitivamente violentas acompañan estrategias destinadas al fracaso, es decir, terminan haciendo mucho ruido y teniendo pocas nueces.

¿Se logra más gritando "venceremos" al tiempo que se bloquea un carretera federal? Pienso qué no, a lo sumo se logra atención mediática y un rechazo casi unánime del resto de la población, ¿Eso es vencer?  También pienso que no.

Nos hace falta encontrar nuevos medios de expresión, los movimientos exitosos recientes en nuestro país han encontrado los han encontrado, es el caso de #yosoy132 al usar redes sociales, particularmente la difusión de vídeos a través de Youtube fue ejemplar. El movimiento por La Paz con justicia y dignidad (MPJD)  es otro buen ejemplo de una estrategia inteligente en lugar de estridente. Desde la voz calma de Sicilia, supo acercar el tema a los medios, dándole la palabra a los familiares de las víctimas. Este movimiento siempre se apoyó en las redes sociales y en acciones que al menos desde fuera parecían muy bien planeadas y coordinadas.

Recuerdo haber escuchado un mitin del MPJD en el que durante una pausa de Sicilia, alguien le mentaba la madre Calderón, a lo que el poeta respondió diciendo que eran un movimiento pacífico y respetuoso, haciendo callar al valentonado muchacho. Es decir, Sicilia sabía que era más conveniente perseguir una estrategia congruente y ordenada con acciones de alto impacto, en lugar de aprovechar el enojo de los familiares de víctimas para echársele encima al gobierno y convertir la retórica del movimiento en un grito estridente que hubiera cerrado las puertas al movimiento como interlocutor válido ante legisladores, autoridades y medios de comunicación.

Algunas organizaciones y movimiento sociales necesitan replantearse la forma en que confrontan a los gobiernos, cerrar una calle debe ser una de las últimas opciones, romper vidrios o agredir policías no debe ser opción. Muchos líderes deberían “jugar con el librito” y saber que la estridencia en etapas tempranas de un movimiento, lo convertirá en una anécdota más de los cientos de protestas que vemos todos los días en el país.